Defender y Extender la Despenalización del Aborto

La despenalización parcial del aborto y la liberación de las mujeres

¡DEFENDER Y EXTENDER LA DESPENALIZACIÓN DEL ABORTO!

¡LA MATERNIDAD FORZADA ES ESCLAVITUD!

LA DESPENALIZACIÓN PARCIAL DEL ABORTO EN EL DF ES UN PASO ADELANTE PARA LA EMANCIPACIÓN DE LA MUJER

Desde el 24 de abril de 2007, la interrupción del embarazo en las primeras doce semanas dejó de ser delito. Millones de mujeres y hombres celebraron esta victoria porque evita las muertes y mutilaciones que miles de mujeres sufren por abortos inseguros, aumenta el control de la mujer sobre su cuerpo y su reproducción y contribuye a una más plena participación de las mujeres en la vida social. Quita un eslabón clave en las cadenas que atan a la mujer. Desde ese entonces, 5,200 mujeres con embarazos no deseados han podido interrumpir el embarazo en condiciones seguras, gratuitamente o a bajo costo. No ha habido ninguna muerte ni complicación para la salud de estas mujeres. Además, la mujer no tiene que justificar su decisión ante ninguna autoridad, simplemente es libre de decidir continuar o interrumpir su embarazo.

El derecho al aborto es parte fundamental de la lucha por liberar a la mujer de miles de años de opresión, de subordinación al hombre en el hogar y en la sociedad, de ser vistas y tratadas como instrumentos de la reproducción y propiedad del hombre en vez de como seres humanos hechos y derechos. La libertad parcial ganada necesita ser defendida y extendida a todo el país y sin limitación a las primeras doce semanas, y esto debe ser parte de una lucha más amplia por el acceso efectivo a los anticonceptivos, contra la discriminación en el trabajo y toda esfera de la sociedad, contra el hostigamiento sexual, la violencia y el feminicidio y por la completa igualdad y emancipación de las mujeres.

¡POR EL ABORTO GRATUITO A SOLICITUD Y SIN PEDIR DISCULPAS!

¿Por qué es necesario este derecho? Porque hay muchos embarazos no deseados, por muchas razones:

Muchas mujeres no tienen acceso a los anticonceptivos por razones económicas, por la falta de servicios y las fallas en la información y consejos que se les dan, por oposición de la pareja y por la oposición de la doctrina religiosa. Además se difama a las mujeres solteras por usar los anticonceptivos, como si gozar de su sexualidad responsablemente fuera inmoral. Todo esto tiene que ver con la ideología que trata a la mujer como propiedad del hombre. Estas creencias, impuestas por la mayoría de las religiones, influyen en algunos trabajadores de la salud, dueños de farmacias y tiendas de autoservicio que rehusan vender condones e influyen en muchas mujeres que, por pena y por temor, no usan ningún método anticonceptivo aparte de los métodos inefectivos permitidos por la iglesia católica y las iglesias cristianas fundamentalistas.

Además, los anticonceptivos a veces fallan. Por ejemplo, algunas mujeres se embarazan con el DIU colocado correctamente; y a veces fallamos al usarlos: se nos olvida tomar la pastilla (y muchas no saben qué hacer entonces), o en la hora de la hora, el hombre no se pone el condón a tiempo, etcétera. Por la salud de la mujer, el aborto no debe ser el método principal para el control de la natalidad, pero sí se necesita como último recurso.

Cada 4 minutos una mujer o una niña es violada en este país (según el Informe de Human Rights Watch de 2006, que también señala que esta cifra es una subestimación). Puede ser más real lo que señaló Lydia Cacho en 2004: ¡una violación cada 18 segundos! Cada año miles resultan embarazadas de este horrible crimen. Aunque en todos los estados la ley permite el aborto en casos de violación, el Ministerio Público y muchos médicos hacen muy difícil el ejercicio de este derecho, como pasó en el caso de Paulina del Carmen Ramírez Jacinto, adolescente de 13 años que fue violada y obligada a continuar su embarazo porque las autoridades del Estado de Baja California Norte y los administradores y médicos de los hospitales en Mexicali le negaron su derecho legal a abortar. Miles de mujeres y niñas sufren esto cada año.

Además, se necesita extender el derecho al aborto más allá de las 12 semanas, porque las enfermedades graves del feto no se detectan hasta más adelante en la gestación, porque funcionarios públicos imponen demoras innecesarias para las víctimas de la violación y porque algunas mujeres no se dan cuenta que están embarazadas hasta un tiempo después y no tienen recursos ni información para poder abortar de una vez. Aunque el aborto tardío implica más riesgos para la salud de la mujer, se puede hacer en condiciones seguras con personal médico preparado, por ejemplo con el método de D y E (dilatación y extracción), y la mujer debe tener ese derecho. En el DF y varios otros estados se permite el aborto en casos de enfermedades graves del feto, pero es muy difícil encontrar quién te haga el aborto en un hospital.

Por todas estas razones, muchísimas mujeres recurren a abortos clandestinos. (Las estimaciones varían de 110,000 a un millón de abortos clandestinos inducidos al año.) Sobre todo mujeres pobres que no pueden pagar un hospital particular o un viaje a Estados Unidos se mueren o sufren mutilaciones y enfermedades graves como resultado de abortos inseguros. Oficialmente, el aborto inseguro es la tercera causa de muerte materna en el DF y la quinta en el país. En 1997, la ONU informaba que mil mujeres mueren al año en México como consecuencia de abortos mal practicados—casi 3 mujeres cada día. Por ser ilegal y un dato inconveniente para los que dominan, no hay datos completos. Los hospitales no registran el número real y muchos expertos dicen que gran parte de las muertes maternas registradas por hemorragia (la segunda causa de muerte maternal) en realidad son por complicaciones de abortos inseguros. Para las mujeres que viven en zonas de alta marginación (que es el caso para la mayoría de las indígenas), el riesgo de morir por un aborto inseguro es el doble. ¡La penalización del aborto mata mujeres!

La decisión de interrumpir o seguir con un embarazo es una decisión íntima que sólo le incumbe tomar a la mujer embarazada. La mayoría de las mujeres que abortan ya tienen hijos, aunque también abortan jóvenes que no quieren ser madres a tan temprana edad. Cuando el embarazo no es deseado o la mujer juzga que no está en circunstancias para tener un bebé, su decisión es altamente moral y debe respetarse. La vida de la mujer es más importante y debe valorarse por encima del embrión o feto que aún no es un ser humano, capaz de vivir fuera del útero de la mujer. A las 12 semanas, el embrión aún no tiene corteza cerebral ni están desarrollados muchos otros órganos, las células aún están diferenciándose para formar un cuerpo humano, no tiene sensación, ni sentimientos, ni pensamiento, ni memoria. El feto no tiene posibilidad alguna de sobrevivir fuera del cuerpo de la mujer hasta las 25 o 26 semanas de gestación (en incubadora), que es también cuando comienza la actividad eléctrica del sistema nervioso central. Por todas estas razones, el feto no es un bebé, el aborto no es asesinato, y la vida de la mujer, que sí es un ser humano, no debe ser subordinada a la vida en gestación. Subordinar la vida de la mujer a la vida del feto es reducirla a un mero instrumento de la reproducción. ¡La mujer no es incubadora!

No existe ninguna necesidad de que sea traumático tener un aborto. Si lo es, eso se debe al ataque ideológico de los religiosos reaccionarios que tratan de imponer sus mitos opresivos, la falta de información científica y los riesgos reales de un aborto clandestino, que solo existen porque el aborto es penalizado. El aborto no tiene que ser ninguna tragedia. De hecho, puede ser bueno y necesario para una mejor vida para la mujer (y para su pareja e hijos, cuando es el caso). Mientras haya embarazos no deseados, no existe ninguna justificación para decir que el aborto legal no debe existir. ¡Y no tenemos que pedir disculpas a nadie por abortar!

LAS FUERZAS FUNDAMENTALISTAS LANZAN UNA CAMPAÑA INMORAL E HIPÓCRITA PARA QUITAR ESTE DERECHO Y SOMETER A LA MUJER

Justo antes de aprobarse las reformas a la ley en el DF, el Papa Benedicto XVI llamó a "proteger y defender con firme decisión el derecho a la vida de todo ser humano desde el primer instante de su concepción, frente a cualquier manifestación de la cultura de la muerte". Los Abogados Católicos, los jerarcas de la iglesia católica y de las iglesias evangelistas fundamentalistas, los dirigentes del PAN, ProVida, el Yunque y otras fuerzas patriarcales retrógradas vociferan en el mismo sentido y tergiversan los datos científicos para decir que el feto es un ser humano y el aborto es asesinato. Desprecian la vida y la salud de las mujeres.

La Procuraduría General de la República y el Presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos presentaron acciones de inconstitucionalidad contra las reformas en el DF, que fueron admitidas por la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Se agudiza la batalla entre defender el derecho al aborto (o la Interrupción Legal del Embarazo—ILE—como se le llama en la legislación), o quitar este derecho apenas ganado. Los dos argumentos principales de estas acciones de "inconstitucionalidad" son:

1) El producto de la concepción es un ser humano con derecho a la protección de su vida. Biológicamente, esto no es verdad. El óvulo fecundado (cigoto) pasa a ser mórula y luego blastocisto, que se pega al endometrio del útero y comienza el embarazo. El embrión así formado está compuesto por células que siguen un proceso de diferenciación, pero dista mucho de ser una persona o un ser humano. Tiene el potencial de desarrollarse y finalmente conformar un ser humano, pero no lo es aún. Esta justificación religiosa es un mito. Ni el cigoto (óvulo fecundado), ni el feto, ni tampoco el ser humano que puede resultar de su desarrollo y nacimiento, son creaciones de ningún "dios". Son procesos biológicos de reproducción, producto de la evolución y no de ningún creador divino. A veces se dice que el feto es una persona porque sus células tienen el ADN de la especie humana. Pero todas las células de nuestros cuerpos tienen ese ADN, y no por eso toda célula es una persona. Los seres humanos no se reducen a su ADN, sino que son seres con esa ADN que viven en la sociedad humana, y que como especie tienen la capacidad de cambiar su medio ambiente y su sociedad, de manera cualitativamente diferente que cualquier otra especie viva. Entre el 20 y el 50% de los óvulos fecundados no logran implantarse en el útero y simplemente son expulsados con la siguiente menstruación de la mujer. Según estas visiones religiosas, ¡debemos llorar la "muerte" de todos estos "productos de la concepción"! Aunque el embrión y el feto pueden finalmente convertirse en un nuevo ser humano, no lo son, y en cambio, las mujeres de cuyo cuerpo estos productos son una parte, sí son seres humanos cuyas vidas deben ser protegidas, igual que las vidas de los bebés que nacen y de todas las demás personas que viven en la sociedad.

2) La acción de la CNDH también reclama que el derecho del hombre a procrear tiene que ser protegido, y la mujer embarazada no tiene el derecho a decidir independientemente del hombre. Este argumento somete la mujer al hombre. En realidad, el feto se desarrolla como parte del cuerpo de la mujer y cuando nace un bebé, por lo general su cuidado y educación es responsabilidad desproporcional (si no únicamente) de la mujer. Mientras así sea, la mujer es la que debe decidir continuar o terminar con el desarrollo del producto de la concepción.

Para las fuerzas que se dicen "pro vida", la vida de la mujer no vale nada. Si una mujer interrumpe su embarazo, dicen que es homicida y sólo se merece cárcel o muerte. La mujer que se dedique a otra cosa que no sea darle al hombre (o a alguna iglesia) todos los hijos que pudiera, supuestamente es criminal. Estas fuerzas crean desinformación y miedo y tratan de fomentar un sentimiento de culpabilidad en la mujer que aborta. Su campaña sistemática incluye: mandar materiales mentirosos a los medios de información; organizar a gente mal informada para entrar en los hospitales y presionar a las mujeres y a los médicos, amenazando a la gente y provocando alborotos, para que no se practiquen abortos; llevar su campaña de desinformación entre toda la gente, con DVDs que muestran fetos de 4 o 5 meses de desarrollo dando a entender que son de 12 semanas (entre otras tergiversaciones); amenazas de excomunión y de ir al infierno donde supuestamente sufrirás para siempre; y anuncios como el que se ve ahora en las paradas con una foto de una joven embarazada, donde "el feto" le dice, "Tienes el derecho a decidir sobre tu vida, pero no sobre la mía". Fíjate, ¡un feto razonando y hablando, que ni tiene sistema nervioso central!

¡CREAMOS UNA NUEVA MORAL EMANCIPADORA, DESMINTIENDO LA "MORAL" TRADICIONAL QUE ESCLAVIZA A LA MUJER!

¿Quién eligió a esos "señores" para hablar en nombre de los fetos? No es la supuesta "matanza de bebés" lo que realmente les preocupa a los ideólogos dizque "pro vida". Lo que les preocupa realmente es conservar la "moral" tradicional, que la mujer sea propiedad del hombre, que se someta al esposo y se dedique a darle hijos. Esto ha sido la moral predominante desde que los seres humanos desarrollaron la agricultura y la sociedad humana se dividió en diferentes clases sociales. El patriarcado surgió y se impuso para que los hombres con propiedad pudieran asegurar que sus hijos la heredarían.

La "moral" patriarcal es aún más evidente cuando las fuerzas poderosas que se oponen al aborto también se oponen a los anticonceptivos de todo tipo, el coito fuera del matrimonio, el disfrute de la sexualidad independiente de la procreación de la especie y siquiera la educación sexual. Quieren mantener a todos en la ignorancia, temerosos y obedientes a las iglesias y el Estado que oprime a la gran mayoría. Atacan y calumnian a las mujeres que no son sumisas al hombre.

Además, es hipocresía que digan "No Matarás" a los fetos los que dicen que hay que acatar textualmente la Biblia como "palabra divina". La misma Biblia, a pesar de este "mandamiento", a la vez llama a matar a bebés reales (no fetos), y lo celebra. Por ejemplo, el profeta Isaías, hablando directamente por el "Señor", llama a estrellar contra la roca a los pequeños de Babilonia (Isaías, capítulos 9-14). De igual modo, los últimos versículos del Salmo 137 dicen: "Oh hija de Babilonia la despojadora: ¡Bienaventurado el que te dé la paga por lo que Tú nos hiciste! ¡Bienaventurado el que tome a tus pequeños y los estrelle contra la roca!".

Además la Biblia llama a matar a niños que desobedecen a sus papás, mujeres "adúlteras", homosexuales y los que adoren a otros dioses.

La Biblia no es palabra divina de ningún dios sino fue escrita por hombres en sociedades antiguas esclavistas, y defiende la esclavitud. Querer imponer estas creencias como la ley es teocracia, y nos llevaría a una sociedad aún más opresiva y oscurantista de la que ya vivimos, y sobre todo a un infierno aún peor para la mujer. No solo los comunistas y otros ateos, sino también la mayoría de los creyentes en este país defienden el laicismo y se oponen a la teocracia. Hemos tenido varias guerras para sacar a la iglesia católica del poder político, y la defensa del derecho al aborto es parte de la lucha sobre el tipo de sociedad que vamos a tener.

También es hipocresía que la PGR, Soberanes de la CNDH y las jerarquías religiosas que se oponen a la despenalización del aborto se llamen "pro vida", porque sus mismas posiciones son responsables de incontables muertes—del aborto clandestino, del SIDA, de crímenes de odio contra mujeres y contra homosexuales. Además, no levantan ni un dedo contra los pederastas que arruinan la vida de miles de niños y niñas, ni contra el feminicidio, ni contra las guerras donde matan a cientos de miles de niños como en Irak, ni contra la violencia contra la mujer y los niños en la familia y en la sociedad.

Necesitamos una nueva moral—una moral que defienda e impulse todo lo que emancipa a las mujeres y a toda la humanidad, y combate y luche por eliminar toda forma de opresión, desigualdad y esclavitud. Valoremos los derechos de la mujer a tener una vida social plena y por la igualdad plena en toda esfera de la sociedad. Apoyemos relaciones sociales y también relaciones íntimas de respeto mutuo, que permitan que florezcan juntas las dos personas en una pareja, y que no sometan la mujer al hombre por supuesta orden de "dios". No obliguemos a nadie a tener hijos contra su voluntad, y valoremos a los niños como una alegría que representa el futuro y como una responsabilidad de toda la sociedad.

¡La despenalización del aborto es profundamente moral! Evita muertes y mutilaciones por abortos inseguros y da un golpe a la humillación y opresión de la mujer. Es parte de una moral que corresponde a los intereses fundamentales de la gran mayoría de la humanidad. Corresponde a la moral comunista—que además de emancipar a la mujer tiene como meta la eliminación de todas las relaciones de explotación y opresión y el establecimiento de una comunidad de seres humanos libremente asociados. No solo los comunistas, sino muchos otros tratan de vivir de acuerdo con los valores que fomentan y celebran la igualdad entre la mujer y el hombre, entre los pueblos indígenas y los mestizos, entre las diferentes naciones en la Tierra y que aprecian la diversidad y la comunidad, colocan la cooperación por encima de la competencia y se oponen a la dominación imperialista y promueven el pensamiento crítico. ¡Defendamos y pongamos en práctica esta moral!

¡Defendamos la despenalización del aborto en las primeras 12 semanas en el DF!

¡Luchemos por el acceso a anticonceptivos para todas las mujeres y la educación sexual para todos los jóvenes!

¡Levantemos un movimiento por la emancipación de la mujer!

Movimiento Popular Revolucionario