Sobre las reformas estructurales

Quieren robarnos para enriquecer a los imperialistas y ricachones
¡El pueblo les pondremos un hasta aquí!

Con un paquete de "reformas" reaccionarias, el gobierno pretende robar una vez más al pueblo para enriquecer aun más a los imperialistas y sus socios, los grandes capitalistas mexicanos.

Con la reforma fiscal, otra vez intentan imponer el IVA a alimentos y medicamentos, impuesto que afectaría en mayor medida a los pobres y a los trabajadores en general, mientras reducen los impuestos que pagan los ricachones al reducir la tasa máxima del Impuesto Sobre la Renta (ISR). A la vez, buscan eliminar muchos programas de beneficio para el pueblo, como el apoyo al cine mexicano (Imcine, CCC), al campo (Colegio de Posgraduados y otros programas), a las mujeres, etc. Por temor al repudio del pueblo, una mayoría de los diputados votó inicialmente en contra del nuevo IVA, pero todos los partidos en el Congreso siguen apoyando una reducción del ISR para los más ricos.

La privatización de la luz ya está en marcha, y quieren acelerarla. Ahora mismo, en violación de su propia Constitución (que reserva esta actividad para el Estado), las empresas privadas controlan el 35% de generación de electricidad, y una planta de propiedad extranjera en Mexicali produce electricidad para Estados Unidos y existen planes para 5 plantas similares más. La iniciativa del gobierno busca pasar todos los contratos más lucrativos a grandes empresas privadas extranjeras y mexicanas. Contrario a las mentiras del gobierno, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) no está en crisis, de hecho, aporta ingresos al gobierno. Ya vimos en EU lo que significa privatizar la luz: mayor precio al consumidor, escandalosas ganancias para megaempresas como Enron y grandes apagones.

La privatización del petróleo también está en marcha, por medio de los llamados "contratos de servicios múltiples" (CSM) que encubren la inversión privada en un sector supuestamente reservado para el Estado. Dicen que el gobierno necesita más dinero, pero sólo por los CSM para la explotación de gas natural en la cuenca de Burgos, el gobierno dejará de recibir 7 mil 500 millones de dólares en impuestos que se pagarían si Pemex realizara esta explotación. Para colmo, ahora el gobierno federal propone exentar a las empresas privadas del pago de derechos por extracción de hidrocarburos.

Plantean cambiar la Ley Federal del Trabajo para quitarles a los trabajadores los pocos derechos que tienen en aras de aumentar las ganancias de las grandes empresas nacionales y extranjeras.

Los imperialistas y sus socios exigen más sangre, y el gobierno vendepatrias obedece

Todos estos ataques al pueblo los exigen los imperialistas (es decir, los grandes empresarios de EU, Europa y Japón), por medio de sus organismos internacionales como el Banco Mundial y el FMI, con la amenaza de retirar sus capitales si no se aprueban (y de hecho van trasladando parte importante de sus capitales a China, India y otros países). Por ejemplo, en sólo 5 años se privatizaron empresas eléctricas en 95 países, no precisamente por un repentino deseo de la gente, (ni tampoco simplemente por las políticas de los gobiernos en esos países), sino por las exigencias de los imperialistas. El Banco Mundial ha insistido en la privatización de la luz en México por lo menos desde 1995. Las grandes empresas trasnacionales de los países imperialistas buscan ensanchar sus ganancias por medio de desangrar aun más a los trabajadores mexicanos, así como a los demás trabajadores del mundo.

El gobierno y los grandes capitalistas mexicanos les obedecen servilmente, a cambio de su tajada de la explotación. Argumentan que los trabajadores nos tenemos que sacrificar para que el país sea "competitivo": lo que quieren decir es que tenemos que aceptar una explotación aún más cruel que la que sufren nuestras hermanas y hermanos de clase en China, India, Tailandia, etc., a fin de que el capital imperialista saque más ganancias y decida invertir más aquí. Así es como funciona este sistema, el sistema imperialista mundial, en que se produce para la ganancia y un puñado de grandes empresas imperialistas y mexicanas controlan la economía. Sacan sus ganancias multimillonarias de la sobrexplotación de los trabajadores, y para seguir aumentando sus ganancias, inevitablemente exigen una explotación cada vez mayor.

¡Viva el México rebelde y revolucionario! ¡Expropiar a los expropiadores!

Sus planes han topado con mucha resistencia y repudio popular: la "megamarcha", las combativas manifestaciones del magisterio, las protestas sin número por los recortes al presupuesto y la oposición de las amplias mayorías. La protesta popular ha provocado riñas y escisiones en las filas de las clases dominantes (hasta el odiado PRI se ha escindido): muchos reaccionarios no quieren pagar el alto "precio político" de las reformas frente a las elecciones del 2006, pero de aun mayor importancia, todas las clases dominantes, incluyendo a los mismos imperialistas, temen "otro Bolivia", temen que sus ataques provoquen un estallido social. Y con toda razón deben temerlo ellos. El pueblo de México no es manso, señores, ¡es rebelde y revolucionario! La historia lo demuestra.

Pero las riñas en las clases dominantes, reflejadas en el circo en el Congreso de la Unión, no van más allá de disputas sobre hasta qué grado y cómo mejor apretar la tuerca al pueblo. Todos los partidos electorales están de acuerdo en que hay que atraer más inversión imperialista, ofreciéndole la perspectiva de mayores ganancias. Ninguno de los partidos en el Congreso propone ahora ni siquiera dejar de regalarle a la banca extranjera los 27 mil 655 millones de pesos al año por el IPAB/Fobaproa. Ninguno propone parar el saqueo que implica la deuda externa, por la que se pagaron casi 30 mil millones de dólares solamente en el primer año del gobierno de Fox. Ningún partido electoral lo propone, porque representan los intereses de los grandes capitalistas e imperialistas y defienden el actual sistema.

El proletariado consciente de clase sí propone repudiar la deuda externa y el IPAB. El proletariado revolucionario apoya toda protesta popular contra estas "reformas" reaccionarias, y a la vez señala que para resolver el problema de raíz, México tiene que dejar de ser una semicolonia del imperialismo, principalmente yanqui, y para eso hace falta una revolución.

Los trabajadores de México y de todo el mundo hemos creado toda la riqueza que existe, pero un pequeño puñado de imperialistas, grandes capitalistas y terratenientes nos expropian los frutos de nuestra labor, y nos exigen que entremos en una absurda competencia con los trabajadores de otros países para ver quién puede hundirse más en la pobreza y miseria para que los multimillonarios se enriquezcan más. ¡Ya basta! Hay que expropiar a los expropiadores, confiscando la propiedad de los imperialistas, grandes capitalistas y terratenientes y poniéndola al servicio del pueblo. Esto sólo es posible con la Revolución de Nueva Democracia que abre el camino a la Revolución Socialista y la liberación del pueblo. En vez de competir con los trabajadores de otros países para beneficiar a los imperialistas y sus achichincles, luchamos por unirnos con los trabajadores de todo el planeta en la revolución proletaria mundial para liberar a la tierra de los imperialistas y todos los explotadores.

Unámonos toda la gente del pueblo, por encima de las diferencias que pueda haber, en la lucha contra estas reaccionarias "reformas". Dentro de esta unidad contra estas "reformas", debatamos las causas de estos ataques y la solución. Los revolucionarios proletarios dicen que el mal hay que cortarlo de raíz.

¡Parar las reformas reaccionarias!

¡Repudiar la deuda externa y el IPAB!

¡Confiscar la propiedad de los imperialistas, grandes capitalistas y terratenientes y ponerla al servicio del pueblo trabajador que ha producido esa riqueza!

¡Luchar por la Revolución de Nueva Democracia y el Socialismo!

¡Viva la revolución proletaria mundial!

Movimiento Popular Revolucionario


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